Fecha interestelar: 7/6/2005. Tras los graves incidentes ocurridos hace una semana en la zona de campistas del parque, me veo obligado a embarcarme en un crucero estelar robado de los hangares privados del Imperio y huir del acoso del guardabosques en su intento por llevarme ante la justicia, bajo acusación de quebrantar la ley 348 del código del BHB (Buen Habitante del Bosque). La foto es concluyente. Me pillaron, lo reconozco. Pero está en mi naturaleza, estamos en primavera y todos hemos hecho locuras alguna vez para sobrevivir. Bueno, y reconozco también que los emparedados de morcilla de Burgos con piperrada me pierden, para que nos vamos a engañar.
Mi buen vecino de la charca de al lado, el Señor Ipopotamo, me recomendó que llevase un diario de todo lo que aconteciese, que quién te dice que no van a venir algún día los de Hollywood a comprártelo para usarlo como guión de la nueva superproducción del Spielberg. Necesitaré ingresos para pagar los servicios del gabinete de abogados de Ally McBeal al completo.
Y tiempo voy a tener para llevar este diario de a bordo, mientras surco las estrellas en busca de otros supervivientes de mi desaparecido planeta de origen, Bearpton, aquel desde el cual llegué a la tierra cuando solo era un cachorro, en mi cápsula último modelo, de Jane. Espero que el reflejo en este diario de mi pasión por el comic, la literatura fantástica, la ciencia ficción y demás freakismos, sea lo suficientemente interesante para llamar la atención de los magnates del celuloide y convertirme algún día en una megaestrella. Aun así, me conformo con ser simplemente recordado por las generaciones futuras como lo que era, un inocente oso cuyo único delito fue intentar sobrevivir en una jungla llena de envidias y rencores (¡Se que la foto la sacó Bubu, nunca ha soportado ser un segundón!).
Fin de la entrada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario